El «tarifazo» hace a muchos usuarios volver la vista hacia la energía solar
Con la reciente modificación de la tarifa eléctrica, que ha desatado toda una tempestad mediática, la amortización de una instalación solar se ha reducido entre 2 y 3 años. Así lo refleja un informe denominado «La apuesta de los ayuntamientos españoles por el autoconsumo» que inició la Fundación Renovables en 2018 y que en su última edición 2021 lo deja claro al incorporar a los ayuntamientos que más incentivan el autoconsumo (y a los que menos).
Es decir, que, si hasta ahora los períodos de amortización oscilaban entre los 7 y 8 años, desde hoy esos lapsos pueden quedar reducidos hasta 4 ó 5. El motivo es muy concreto: muchas de las horas con más radiación solar son horas punta en el nuevo recibo (las más caras), de modo que si en esas horas colocamos autoconsumos el ahorro será mucho mayor que antaño. La determinación de esas horas como las más caras no parece casual.
Así las cosas, no es extraño saber que durante 2020 se instalaron 596 megavatios (MW) de nueva potencia fotovoltaica en instalaciones de autoconsumo, un 30% más que en 2019, según la Unión Española Fotovoltaica (UNEF). Esta potencia produciría anualmente la energía equivalente al consumo total de alrededor de 300.000 viviendas.
Tal y como explica el gerente de Moneleg, Francisco Gallego, “estamos viviendo un momento idóneo para replantearnos nuestra manera de consumir energía”. Y es que el autoconsumo solar fotovoltaico no es solo una opción más económica para los usuarios, sino también más sostenible. Esto es así, porque nos permite generar nuestra propia energía y, de esta manera, depender en menor medida de los vaivenes del mercado eléctrico, tal y como ha venido ocurriendo, al mismo tiempo que cuidamos del medio ambiente. Es más, el autoconsumo empodera al consumidor, le permite ser mucho más consciente de su producción y consumo.